Amado Dios,
Los miembros de la comunidad educativa San Jerónimo Emiliani te presentamos nuestras intenciones, nuestros sueños y anhelos dándote infinitas gracias por la vida y obra de San Jerónimo Emiliani y en continuidad de su gran labor a los padres Somascos, fundadores de nuestra institución Educativa, que con gran amor, pertinencia y calidad nos acoge a todos nosotros.
Gracias San Jerónimo Emiliani por presentarnos a la Madre Santísima, María Madre los huérfanos como nuestra protectora.
Gracias por inspirar con tu obra a los padres Somascos quienes han entregado su vida y labor al servicio de la juventud, bajo los principios de devoción, gracia y caridad.
Gracias a cada uno de los integrantes de la comunidad de clérigos regulares de Somasca quienes han depositado su fe en Cristo y mantienen vivas tus enseñanzas.
Tu San Jerónimo Emiliani discípulo devoto de Jesús crucificado, ayúdanos a entender la palabra de nuestro Señor y transformarla en obras, que cada miembro de esta comunidad sea capaz de trasmitir tu mensaje de transformación, amor, caridad, servicio, fidelidad y reconciliación. Nos sentimos orgullosos de pertenecer a tu obra y te encomendamos de manera especial a nuestros guías espirituales al padre rector Jenaro Espitia Ordoñez y al reverendo padre Ariel Granados.
Padre Jenaro gracias por su mirada cálida, su saludo amable, sus enseñanzas incansables, su labor sacerdotal y educativa. Por contagiarnos por su gusto a la lectura, el deporte y en especial al basquetbol, por su interés por que crezcamos en la fe, en lo humano, en lo académico, en lo social, en el arte y el trabajo. Por presentarnos a Jesús como nuestro amigo, nuestro compañero, nuestro hermano y a San Jerónimo como nuestro guía, nuestro protector y quien aboga por nosotros ante nuestro amado Padre.
Tenemos tantos motivos para dar gracias a Dios!, Durante todos estos años Vd. no ha escatimado esfuerzos para acercarnos más a Cristo, para proclamarlo Vivo y Resucitado, el único que puede dar sentido y plenitud a nuestra vida. Y lo ha hecho siempre desde el silencio, desde la oración, desde el ofrecimiento personal, desde la constancia, desde la paciencia, desde la confianza en Dios pero también, en justo equilibrio, a través de su palabra.
Reciba toda nuestra gratitud, todo nuestro reconocimiento y todo nuestro cariño.
Que Dios le colme de bendiciones y la Santísima Madre, María madre de los huérfanos, le lleve siempre en su regazo.